Vagando, caminando taciturno por un sendero,
una noche clara y fría, en que la luna muestra su esplendor,
luchando con sus demonios internos, nuestro amigo va.
No sabe a dónde se dirige,
aún no sabe por qué camina.
Sigue a un ser que se tambalea,
que lucha por no caer tendido,
sobre las hojas secas, sobre el lodo,
sobre el estiércol de otros animales que por ahí pasaron.
Y nuestro amigo lleva mucho tiempo caminando,
siguiendo al mismo ser, viendo la misma noche,
viendo la misma luna, sintiendo el mismo frío,
luchando contra sí mismo y contra sus demonios.
Busca una salida para su monótona vida,
Busca ahogarse en un mar de delirantes destellos de luna
Busca... y olfatea...
Algo ha pasado antes por ese lugar,
Emite un sordo ladrido, pero sabe que no puede llamar la atención,
El ser que se tambalea advierte su presencia,
Voltea...
Y es Él... nuestro amigo lo reconoce,
Es el que ha sido enviado, es el que nunca debió de salir, es Hun Achi Quaxtok.